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Dónde está el detalle

CONCURSO DE INGRESO A LA CARRERA MAGISTERIAL

Publicado: 2021-11-03


Está poniéndose en la agenda el concurso de nombramiento docente para el ingreso a la carrera pública magisterial. Se trata de un debate importante que requiere hacerse con bases de información reales. Veamos.

Cada año se anuncia un número de plazas docentes que es entre 25 mil a 30 mil plazas de las cuales finalmente solo el 18% se llenan con docentes nombrados. La mayor parte se llena con maestros contratados. La Carrera Pública Magisterial (CPM) que fue creada para que en ella estuvieran todos los docentes del país está fuertemente debilitada, pues actualmente sólo el 60% de docentes está en una plaza nombrada. El número de docentes contratados ha pasado de 3% a 40% en los últimos 10 años

Si seguimos el hilo de la madeja, debemos empezar por el Concurso de nombramiento docente. Veamos el caso del concurso del año 2019. En él postularon 230 952 docentes. De ellos 212 456 fueron evaluados, pero sólo 15 874 aprobaron (7,5%) y únicamente 4,554 ganaron finalmente una plaza (2%). El número de plazas inicialmente ofertadas ese año fue de 24 590, pero de ellas sólo fueron asignadas con nombramiento 4,554. El resto de “plazas” fueron llenadas con docentes contratados. Es decir las plazas que no se pueden llenar con docentes aprobados en el concurso, se llenan con docentes contratados. El MINEDU contrata a los mismos docentes que desaprobaron la prueba escrita. Hay docentes que son recontratados sucesivamente por varios años.

Algo no está funcionando bien. Es pertinente plantearse la meta de llenar las plazas de nombramiento que se abren con maestros NOMBRADOS y no con “plazas de contratados” y así poner coto al crecimiento ya insostenible del número de contratados. 

Además muchos plantean que se den oportunidades de formación consistentes y gratuitas a los maestros en servicio (no capacitaciones breves y al paso) y que se mejore la formación inicial docente. El Estado tiene una gran deuda de formación con los docentes, muchos de los cuales han sido estafados por Institutos de mala calidad que crecieron como hongos al amparo del DL 882 dado por Fujimori que permitió el lucro bajo la denominación de “promoción de la inversión privada en educación”.

Respecto del concurso de nombramiento, es tiempo de coger el toro por las astas. SI queremos fortalecer la CPM debemos mejorar el proceso de evaluación para el nombramiento. Las evaluaciones a docentes no deben eliminarse pero si replantearse y mejorarse. Algunos señalan la necesidad de evitar el simplismo de llamar meritocracia a una prueba escrita; “Cuando el Ministerio de Educación habla de una evaluación de desempeño docente para el nombramiento habla, casi en exclusividad, de una prueba escrita. Por lo tanto, estamos aquí ante una ecuación siniestra: APROBÓ LA PRUEBA ESCRITA = ES BUEN DOCENTE” (Mag. Leonardo Sánchez Coello. Maestro que Deja Huella 2016)

Otros detallan que una prueba escrita no evalúa la capacidad formadora de seres humanos, las habilidades pedagógicas para hacer comprensible y desafiante un tema, la sabiduría para detectar el potencial de un alumno, de darle soporte emocional y humano, más aún en tiempos de pandemia. Sanchez Coello y otros proponen evaluar actividades como la preparación de una clase, la puesta en práctica de una sesión de aprendizaje, la evaluación por pares, el aporte del maestro a la gestión escolar, la capacidad de innovación incluyendo distinciones y concursos ganados, la especialización en formación bilingüe, educación inclusiva, el manejo de los temas "transversales" (que son claves en el actual contexto de crisis humanitaria); la atención preferente a estudiantes con desventajas y discriminación, el dominio de lenguas originarias, la opinión de los estudiantes y de la comunidad, los textos y propuestas elaborados por las maestras y maestros, etc.

Considerando esta complejidad, hoy se cuestiona que se dé tanto peso a la prueba escrita, dentro del conjunto del proceso de evaluación, siendo necesario que se considere con prioridad todo lo anterior. Parece claro que la prueba escrita que deja por fuera al 80% de docentes no es el mejor filtro. Y también está planteado que rediscutir el proceso de evaluación es posible y pertinente, porque no está escrito en piedra. Se puede y se debe mejorar.


Escrito por

Teresa Tovar

Socióloga por titulación y escribiente por fatal afición, creo que combinar indignación, risa y algo de esperanza es una buena receta


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