#ElPerúQueQueremos

El lado oscuro

Post de artículo en Diario Uno, 22 enero 2016

Publicado: 2017-01-23


El 2017 amaneció sombrío. La embestida “Con mis hijos no te metas” orquestada por las fuerzas conservadoras va en contra de la igualdad entre hombres y mujeres y es una afrenta a los derechos humanos. Ha dirigido sus misiles a la educación, y pretende eliminar la igualdad de género del currículo y los materiales educativos. Agrupa a redes religiosas, a congresistas fujimoristas y de derecha y al cardenal Cipriani, de quien recuerdo su famosa frase: “los derechos humanos son una cojudez”.

Enfrentar esta oleada requiere 3 batallas.

La primera es el debate conceptual: la academia viene refutando con gran solvencia los equívocos que confunden el concepto de género con ideología, haciendo tabla rasa de décadas de teoría de género ya construida y legitimada internacionalmente. La segunda batalla es política y se juega en el Congreso y en el Gobierno, e involucra a autoridades, ministros y al propio Presidente, que parece haberse puesto de perfil.

Pero hay una tercera batalla, quizás la más importante, que se libra en el plano del sentido común, en los modos de pensar de las personas. Imposible no recordar a Gramsci cuando planteó que ningún cambio es posible si no se entiende como reforma cultural y moral, es decir como transformación cultural. La arremetida conservadora manipula aquí los miedos de la gente. Al igual que el nazismo jugó con el temor de los alemanes de perder sus oportunidades de trabajo y progreso “por culpa” de los judíos, desembocando en un holocausto humano gigantesco. Al igual que Trump juega con la angustia de los norteamericanos de dejar de ser un país pujante “por culpa” de los mexicanos e inmigrantes. De la misma manera, en el Perú se pretende jugar con los temores de “promiscuidad sexual”, “promoción de la homosexualidad” y “destrucción de la familia”, “por culpa” de una educación con igualdad de género.

Ni los judíos tenían la culpa de la recesión de la Alemania de Hitler; ni los inmigrantes tienen la culpa de los agujeros del modelo ultra liberal norteamericano. Eran mentiras convertidas en prejuicios y luego en violencia salvaje contra muchas personas. De igual modo hoy en el Perú se miente descaradamente sobre el currículo, sin que ninguno de los que enarbolan las pancartas rosadas y celestes sea capaz de citar una sola frase como evidencia de lo que afirman. La campaña oscurantista busca perpetuar la violencia contra las niñas y las mujeres y alentar la violencia contra las personas homosexuales. Por ello la ministra ha declarado: No vamos a retirar el enfoque de género, es lo único que salvará a las niñas de la violencia.

Las cifras de espanto que nos colocan como segundo país feminicida en la región, solo pueden ser enfrentadas enseñando a los niños y niñas a tratarse como iguales y a respetar a toda persona al margen de cualquier diferencia de raza, etnia, cultura, discapacidad y opción sexual. Los maestros son punteros en este partido. Pueden hacer frente al lado oscuro y convertir el sentido vulgar en sentido crítico.


Escrito por

Teresa Tovar

Socióloga por titulación y escribiente por fatal afición, creo que combinar indignación, risa y algo de esperanza es una buena receta


Publicado en