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Discapacidad. Cuánto falta para vivir como iguales

Publicado: 2016-10-25


Comparto mi columna de hoy sobre discapacidad, en el Diario UNO, 24/10/2016

Quizás a muchos no les parezca relevante... dirán que hay otras cosas m'as importantes, pero son 1 millón y medio de personas, siempre postergadas, colocadas al margen o en la última fila de las políticas


El 16 de octubre se celebra el Día Nacional de la Persona con Discapacidad pero todos los días hay que deplorar su vejación e invisibilización. ¿Sabía Ud. que tenemos más personas con discapacidad que personas analfabetas? Pues sí. Hay 1,575,000 personas con discapacidad y 1´300,000 personas analfabetas. Todas son vulneradas, pero las primeras son más marginadas en las políticas.

En salud son continuamente discriminadas. Tienen que “probar” su discapacidad con engorrosos trámites y certificados. Su hija no parece tener nada, le dijo un médico a la madre de una adolescente con discapacidad intelectual. A mí no me quisieron dar el certificado y mi hijo no tiene seguro, contó otra. Pero el Síndrome de Down es de por vida, argumentaba un padre. Lo siento, tiene que certificar su discapacidad anualmente, conforme a lo establecido, le contestaron. Si el joven con discapacidad trabaja pierde su seguro permanente, y si trabaja y es pobre no califica para pensión.Muchos seguros privados les niegan continuamente el aseguramiento, violando con desparpajo la ley.

¿Y en educación? Hoy se atiende a cerca de 60,000 estudiantes con discapacidad. El 2013 se cumplió la década de la educación inclusiva, pero el esfuerzo vino solo de una parte del sistema y chocó con la indolencia e indiferencia de la mayoría de funcionarios. No puedo atenderlos, No son tantos, hay otras prioridades, Es muy complicado, son frases de altos funcionarios y ministros. Además su atención cuesta más porque supone invertir en infraestructura accesible, materiales, etc. Al parecer son vistos como una traba para la consecución de logros y rendimientos o como costos sin retorno. Más de 30,000 estudiantes “incluidos” están depositados en aulas, en un rincón, haciendo cualquier cosa, un rompecabezas, planas de números o letras, o simplemente nada. Muchas familias decepcionadas prefieren la educación especial. Porque incluir significó para muchos niños ir a guatepeor. La dejadez ha socavado una propuesta ya validada con experiencias exitosas.

Hay que mirar más allá de la escuela. El esfuerzo se hizo en la educación primaria, en secundaria muy poco. Y para de contar. De los incluidos en los Centros de Educación Productiva y en educación superior no hay cifras. Cabe preguntarse por qué a los 20 años en que la vida de cualquier joven recién empieza, la de uno con discapacidad se termina. Porque a partir de esa edad es una lógica de cierrapuertas impresionante. Algunas empresas contratan personas con discapacidad, pero con sueldos muy bajos. Las universidades tienen infraestructura inaccesible y poca apertura. Las OMAPED están haciendo un gran trabajo pero con escasos recursos y básicamente en Lima.

La mejor celebración son metas claras, progresivas y financiadas y un cambio en el disco duro de los responsables, para que dejen de poner a pie de página la diversidad humana.


Escrito por

Teresa Tovar

Socióloga por titulación y escribiente por fatal afición, creo que combinar indignación, risa y algo de esperanza es una buena receta


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